crecer responsablemente

El respeto de la naturaleza. Es necesario actuar con prudencia en la gestión y ordenación de todas las especies vivas y todos los recursos naturales, conforme a los preceptos del desarrollo sostenible. Sólo así podremos conservar y transmitir a nuestros descendientes las inconmensurables riquezas que nos brinda la naturaleza. Es preciso modificar las actuales pautas insostenibles de producción y consumo en interés de nuestro bienestar futuro y en el de nuestros descendientes. Declaración del Milenio Asamblea General de Naciones Unidas, Sept. 2000

Conforme a la propia conceptualización  que realiza Naciones Unidas El Día Mundial del Medio Ambiente es uno de los principales vehículos que las Naciones Unidas utilizan para fomentar la sensibilización mundial sobre el Medio Ambiente y promover la atención y acción política al respecto 

Mediante esta designación pretende, motivar que las personas y a los estados en temas ambientales, en la búsqueda de  agentes activos del desarrollo sostenible y equitativo.

 ¿ Que es el desarrollo sostenible ?

Se ha definido al desarrollo sostenible como el  desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la posibilidad de que futuras generaciones satisfagan sus propias necesidades. [1]

Es común escuchar actualmente los términos crecimiento sostenible, o desarrollo sustentable, pero claro estas declaraciones son absolutamente insuficientes para garantizar sociedades sostenibles. 

En efecto,  crecimiento y sostenible son dos conceptos en permanente conflicto, de allí entonces que lo buscado, lo querido, sea un aproximado equilibrio entre el crecimiento económico y la preservación del Medio Ambiente.

Entre los grandes “males”  o enemigos del Medio Ambiente se enuncia constantemente a los desmontes indiscriminados y a la agricultura.

Esta demonización generalizada, además de algo incauta, también es insuficiente  para resolver los problemas sociales medio ambientales.

El postulado de Malthus,  respecto de que los humanos siempre dependerán de la agricultura, se mantiene vigente dos siglos después de su enunciado.

La vida moderna, sobre todo en las grandes ciudades,   a veces nos hace olvidar que las facilidades del consumo en vistosos envoltorios  y acomodadas góndolas solo es posible si algún sacrificado hombre de campo, en lugares remotos, produce los alimentos básicos luego procesados y transformados.

Ahora bien bregar por prácticas agrícolas sostenibles si es razonable.

Y entendemos por ellas  a las que se realizan preservando el suelo agrícola fértil, ya que si solo preservamos los campos en su estado natural original el hombre debería volver a alimentarse de los frutos de los árboles, los cuales, por cierto, tampoco alcanzarían ante la incontenida explosión demográfica de la humanidad.

La contaminación por químicos o agroquímicos, la erosión, y los residuos no son los únicos enemigos del suelo agrícola, ya que dejar de considerar a la urbanización y al desarrollo como elementos distorsionantes del suelo constituiría una omisión injustificable.

 El séptimo objetivo del Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas establece que para alcanzar la sostenibilidad del Medio Ambiente es fundamental que los recursos naturales se utilicen de forma inteligente y que se protejan los ecosistemas complejos de que depende nuestra supervivencia. Debe tenerse en cuenta que, la sostenibilidad no podrá lograrse con los modelos actuales de consumo y uso de recursos. Los suelos se están degradando a un ritmo alarmante. Las especies vegetales y animales están desapareciendo a un ritmo sin precedentes. Los cambios climáticos están provocando una elevación del nivel del mar y acrecentando el peligro de sequías e inundaciones. Se sobreexplotan la pesca y otros recursos marinos.

Trabajemos entonces para que el  desarrollo sustentable   se realice con verdadera “EQUIDAD INTERGENERACIONAL” y para que cada comunidad crezca responsablemente haciéndose cargo  de sus consumos de recursos naturales.

 

Por el Dr. Eduardo F. Coroleu